Entrevista original publicada por Latam Investor
En el especial de Latam Investor para Guatemala, Enrique Crespo, CEO de CMI Capital conversó con la revista acerca de las oportunidades de inversión para el país.
LAI ¿Cómo pueden los inversionistas desarrollar grandes proyectos en Guatemala y evitar protestas sociales?
Enrique Crespo: CMI Capital construyó una de las plantas hidroeléctricas más importantes de Guatemala. Renace es una planta que genera más de 300 MW, construida a lo largo de los últimos 25 años. Cuando llegamos a la zona, nos dimos cuenta de que estábamos en medio de la “Guatemala olvidada”. El estado no estaba presente en la zona, que está en el norte del país, por lo que había grandes brechas sociales y económicas con la capital. La falta de infraestructura básica, escuelas y centros de salud pública era atroz.
Aplicamos nuestros valores, que son las siglas en español de REIR: responsabilidad, excelencia, integridad y respeto. Tratamos de vivir de acuerdo con esos valores todos los días y abordar el proyecto con esos valores en mente. Estamos convencidos de que no se pueden tener negocios sostenibles exitosos a largo plazo en comunidades fallidas.
Somos firmes creyentes en el capitalismo responsable. No creemos en el capitalismo de antaño, cuando lo único que se perseguía era el lucro a toda costa. Queremos encontrar la ecuación óptima con un beneficio razonable y competitivo para los accionistas, pero no a expensas de las comunidades, proveedores y trabajadores.
Queremos crear valor para todos ellos: ese es el capitalismo en el que creemos, por eso nuestro propósito es generar inversiones de impacto que impulsen el desarrollo sostenible. Si bien hemos enfrentado algunos desafíos menores en los últimos 25 años en términos de comunidades, que han sido provocados por algunos grupos que querían manipular los sentimientos locales, estoy convencido de que la verdad, la justicia y el sentido común siempre prevalecen.
Hemos podido desarrollar un programa integral de responsabilidad social, donde hemos invertido una cantidad importante en los últimos 25 años y hemos fomentado oportunidades con un enfoque de ciclo de vida para el mejoramiento de las comunidades. No somos expertos en salud pública, educación o temas sociales, pero nos hemos asociado con expertos en esos temas para desarrollar nuestro programa de responsabilidad social.
En 2012 también nos asociamos con la Iniciativa de Progreso Social, encabezada por Michael Porter de la Universidad de Harvard. Su sistema está destinado a establecer indicadores clave de desempeño (KPI) del progreso de los países, pero lo desafiamos a desarrollar indicadores para medir el progreso social de las comunidades. Interactuamos con 29 comunidades con un total de 21,000 personas y esta iniciativa marcó una línea de base para asegurar que estamos teniendo un impacto positivo. Desarrollamos 50 KPI comunitarios, por ejemplo, el índice de abandono de la educación, el índice de enfermedades respiratorias y un índice de embarazos en adolescentes. Le hemos dado seguimiento a estos indicadores durante una década y con nuestra intervención hemos logrado mejorar cada uno de ellos. Esto demuestra que el sector privado puede tener un impacto social positivo con estos proyectos grandes.
El problema es que estos proyectos necesitan mucha inversión. Por ejemplo, construimos 93 kilómetros de carretera para conectar estas comunidades olvidadas. Si hubiéramos esperado a que el Estado los construyera, probablemente todavía estaríamos esperando. Para que las empresas hagan ese tipo de inversión necesitan seguridad jurídica a largo plazo. Los inversionistas deben saber que el estado de derecho se mantendrá durante los próximos 25 a 50 años. Ese es el reto para el Estado guatemalteco si quiere atraer más inversión a los sectores que hacen uso intenso de capital.
LAI: La emisión de bonos de energía renovable por $700 millones de CMI Capital ha sido la más grande en América Central; ¿los inversionistas están recompensando su enfoque ético?
EC: Sí, nuestro enfoque está siendo recompensado. No estamos en el negocio de la energía solo para generar electricidad, ni en el sector inmobiliario para construir casas o en la industria financiera para ganar dinero. Nuestro objetivo final es el desarrollo económico sostenible y eso es cada vez más lo que los inversionistas institucionales internacionales quieren apoyar.
Hace cinco años, probablemente no estábamos listos para una participación estelar, pero en 2021 todas las estrellas se alinearon. Había una fuerte demanda de oportunidades de inversión con atención al medio ambiente, aspectos sociales y de buen gobierno (ASG) en la región y acabábamos de armar una cartera bien diversificada de activos renovables. Todos habían entrado en operación, lo que significaba que podíamos ofrecer una combinación de tecnologías y geografías que estaban generando utilidades.
La emisión fue una gran oportunidad para establecer relaciones con inversionistas institucionales de todo el mundo. En el mercado primario, alrededor del 50% de nuestros inversionistas eran de los EE. UU., el 30% de Europa y el resto de Asia y América Latina. Entonces, tenemos una huella mundial de inversionistas en energía renovable que creen en ASG y reconocen que la energía renovable puede ayudar a América Latina a independizarse de los combustibles fósiles. El capital que recaudamos nos permite seguir invirtiendo en proyectos nuevos en la región y también en el crecimiento de fusiones y adquisiciones.
Nuestra emisión fue sobresuscrita cinco veces, lo que demuestra la demanda que hubo por nuestra cartera de energías renovables. Podríamos haber reducido el rendimiento en oferta, pero pensamos que era importante trabajar con tantos nombres nuevos como fuera posible.
LAI: ¿Dónde están las mejores oportunidades de energía renovable en América Latina?
EC: Panamá es definitivamente un país que brinda oportunidades, especialmente para CMI Capital, ya que será una nueva geografía para nosotros que mejorará el riesgo país general de la cartera. En cuanto a Guatemala, actualmente hay un excedente de capacidad de generación de energía, pero creemos que hay espacio para diversificar la matriz. En particular, hay oportunidades a corto plazo para la energía eólica y solar. Los precios siguen siendo atractivos para buenos proyectos, siempre y cuando podamos asegurar acuerdos de compra de energía rentables con las empresas de distribución. La tendencia actual de aumento del precio del petróleo y el carbón proporciona un gran incentivo para que Guatemala sea completamente independiente de los combustibles fósiles.
La República Dominicana es otro mercado atractivo. Ya estamos presentes con el Parque Solar Mata Palma pero vemos más oportunidades porque gran parte de la matriz se basa en combustibles fósiles. Ampliar nuestra huella renovable en la República Dominicana será una parte clave de nuestra estrategia.
LAI: ¿Qué tendencias darán forma al sector inmobiliario de Guatemala?
EC: Sin duda, el mercado inmobiliario regional se ha vuelto más competitivo en las últimas décadas. En Guatemala, los bienes raíces siguen siendo un negocio local y hay muchas oportunidades aquí. La ciudad de Guatemala es un valle rodeado de montañas y en los años 70 y 80 la gente comenzó a mudarse de la parte central del valle para buscar una casa más grande. La gente estaba preparada para aceptar viajar más a cambio de una casa más grande. Pero la infraestructura de transporte no se mantuvo al día con esta tendencia, por lo que durante las últimas dos décadas el tránsito se ha convertido en un gran problema.
Ahora la tendencia se está invirtiendo. En todos los segmentos económicos de la población, la gente está regresando al centro de la ciudad. Ya no puede soportar las cuatro horas de tránsito al día y ahora está lista para sacrificar espacio por calidad de vida. Esa tendencia es una gran oportunidad para un desarrollador de bienes raíces porque puede atender cada segmento del mercado: asequible, de lujo, etc. – con soluciones verticales. El valle crecerá hacia arriba en los próximos años. Otro factor que potencia la tendencia es que hace 25 años la gente no quería vivir en apartamentos porque quería terreno propio. Eso ha cambiado en las últimas décadas, en parte porque la emigración masiva a los EE. UU. ha mostrado a muchos guatemaltecos los beneficios de la vivienda vertical.
LAI: ¿Qué es lo próximo que podemos esperar de CMI Capital?
EC: La pandemia muestra las grandes oportunidades para el desarrollo sostenible y la inversión de impacto, que son parte de nuestra propuesta básica. Creo que los eventos geopolíticos y macroeconómicos actuales y las megatendencias posteriores a la pandemia, que darán forma al mundo durante los próximos 25 años, brindan oportunidades masivas para el 'nearshoring'. Estamos cerca del mercado más grande del mundo, lo cual es una gran oportunidad para Guatemala y la región.
Nuestra empresa matriz, CMI Corporación, está particularmente bien posicionada con nuestras capacidades en energía renovable, gestión de proyectos, logística financiera y alimentos. En CMI Capital buscaremos agrupar nuestros servicios para brindar soluciones integradas a los inversionistas. Por lo tanto, no solo construiremos proyectos renovables o financiaremos vehículos, sino que los uniremos en un paquete sostenible impulsado por ASG que resultará muy atractivo para los inversionistas internacionales. Imagine, por ejemplo, un parque empresarial con energía verde para aprovechar el nearshoring.
Entrevista traducida al espaõl del artículo original en inglés: